La primera propuesta de 2018 del programa La Obra Invitada, patrocinado por la Fundación Banco Santander, cuenta con el préstamo destacado de una de las obras más populares de la pinacoteca pública más antigua del Reino Unido, la Dulwich Picture Gallery de Londres. Se trata del lienzo Muchacha en la ventana, que, tal y como atestiguan la firma y la fecha situadas en el ángulo inferior derecho de la pintura –»Rembrandt /ft. 1645″–, fue pintado por el maestro holandés Rembrandt Harmenszoon van Rijn (Leiden, 1606–Ámsterdam, 1669) en 1645.
Esta obra de la Dulwich concita magistralmente dos de los géneros que más renombre dieron a la tradición artística holandesa del siglo XVII y, en particular, a la producción del genio de Rembrandt: la pintura costumbrista y el retrato. Pero, además, representa bien un tipo de pintura que se hizo popular durante los siglos XVI y XVII en la que el modelo parece entrar en el espacio del espectador mediante diversos artificios compositivos, como asomarse a una ventana o rebasar el marco del cuadro. Las ilusiones ópticas que estos recursos provocan hacen dudar sobre la realidad de lo que está viendo.
Desde comienzos de la década de 1640 y hasta mediados de la siguiente, Rembrandt y los alumnos de su taller experimentaron las posibilidades que ofrecía esta técnica –llamada trompe l’oeil o trampantojo– en numerosas composiciones. Muchacha en la ventana es uno de los mejores ejemplos de este tipo de representaciones dentro de la producción del pintor holandés. El juego entre la percepción y la realidad se logra aquí magistralmente haciendo que la modelo nos introduzca en el interior indefinido en el que posa. El efecto de la perspectiva se intensifica con la presentación en diagonal de la muchacha que, fuertemente iluminada y mirándonos directamente a los ojos, nos introduce en su espacio de penumbra y, acaso, en su mundo.