La nueva edición del festival más importante de otoño llega con una tendencia tan electrónica como su anterior edición
Cada festival va poco a poco concretando sus carteles a lo largo de las primeras ediciones hasta encontrar de alguna manera el nicho de público con el que se siente más identificado en la actualidad. Si bien es cierto que el Bime Live! nació con una vocación muy marcada de ofrecer un festival de características similares a su hermano mayor el BBK Live, con el paso de las ediciones los organizadores de Last Tour International parecen haber comprendido que el nicho de público de esta pequeña joya de la época de invernal parece estar en las creaciones electrónicas contemporáneas y con reminiscencias «noventeras». El año pasado a pesar que los asistentes pudieron disfrutar de la presencia sobre el escenario de artistas clásicos del movimiento «brit-pop» como Suede o PJ. Harvey, la gran baza ganadora se situó el sábado con la presencia de un triplete ganador como fue el de Wild Beasts, Moderat y por supuesto los Chemical Brothers que con el paso de los años siguen afianzándose con uno de los mejores sets en directo de cuantos pueden verse en la actualidad.
The Prodigy
The Prodigy volvió a la palestra no hace mucho tiempo con un nuevo trabajo «The Day is my enemy», que gracias a un puñado de buenos hits les ha vuelto a lanzar una vez más al circuito internacional ofreciendo algunos de los conciertos más memorables de los recientes veranos. Con presencia en grandes festivales como Nos Alive, BBK Live o Sonar, The Prodigy han demostrado con el paso del tiempo que los 90 no están tan lejos como parece y que siguen siendo capaces de ofrecer grandes conciertos independientemente de su edad o del tiempo que haya pasado desde que algunos de sus géneros electrónicos predilectos estuvieron en auge. Su concierto bajo el techo del BEC promete crear una de las atmósferas más increíbles de cuantas se han vivido en el recinto en los últimos años. La banda llega tras la publicación de su último álbum «The Day is my enemy», que abandona senderos más experimentales abarcados por la banda en entregas discográficas anteriores para regresar a su sonido acostumbrado. Algunos temas como la propia «The Day is my enemy» o «Nasty» que vuelve a echar mano de los loops de batería pesados y del exceso de sintetizadores para crear ese sonido break-beat oscuro y característico del trío.
Vitalic
En una linea más «disco» pero no por ello menos merecedora de elogio encontramos a este clásico compositor del llamado «french-touch» que después de varios discos y algunas canciones encumbradas ya como clásicos de la electrónica reciente, llega al Bime con su nuevo tour «ODC Live», una nueva experiencia audiovisual que sin duda pondrá la pista patas arriba. «Stamina», «Poison Lips» o «Le Mort Sue Le Dancefloor» le han dado a Vitalic el margen de confianza suficiente como para que pueda seguir experimentando a su gusto durante mucho tiempo. Su último trabajo «Voyager» es precisamente un viaje a lo largo de muchas de las influencias que han caracterizado al compositor francés desde los inicios de su carrera. “Lightspeed” o “Nozomi” son dos de los cortes más destacados de un álbum que abandona sensiblemente los ambientes oscuros y enérgicos de club como en «Rave Age», para viajar hacia costas musicales más etéreas, melódicas y ochenteras. Se trata de un disco cuya mejor baza se encuentra en su variedad de estilos y en la capacidad de poder ser escuchado en cualquier momento y situación. A pesar de todo, el mejor lugar para disfrutar de Vitalic está en la pista de baile, y hasta allí es hasta donde tendremos que movernos para poder comprender hasta qué punto el francés se ha ganado el rango de paradigma de la electrónica contemporánea.
Einstürzende Neubauten
Los años 80 fueron tiempos de cambio. Con las reminiscencias de la música disco aún coleando, la mayoría se sacudía aún tras el puñetazo que había supuesto el punk para la escena internacional. Con un incierto panorama aún por delante, la experimentación en sus diversas raíces estaba a la orden del día y bandas como Kraftwerk, The Cure o Sonic Youth (sólo por nombrar algunas) comenzaban a despertar de su letargo para ofrecer una forma diferente de ver las cosas. El movimiento dadaísta en Alemania surgió como una nueva forma de romper con lo establecido gracias a sellos como Mute en donde militaron los propios Depeche Mode y que sirvió como empuje para que bandas con propuestas diferentes pudieran encontrar su hueco en la escena emergente. Einstürzende Neubauten es ante todo una banda inclasificable. Forjadora de un nuevo espíritu con cada nuevo disco, así como una nueva forma de enfocar la forma de componer, la banda rompe estereotipos y tópicos para hacer uso de instrumentos de creación propia y sonoridades únicas. Además de contar con un ritmo de composición y publicación de temas endiablado, la banda tiene una estrecha relación con sus fans y gracias al emergente mundo del crowdfunding ha logrado la financiación necesaria para poder publicar (mayormente vía online), discos que juegan con las normas establecidas y que ha menudo se han regido por formas de composición aleatorias y únicas para dar vida a sus discos. La formación ha llegado incluso a depender de una baraja de cartas para elegir al azar muchas de las sonoridades de sus trabajos. Sin duda su concierto será una de las citas imperdibles de un fin de semana que a buen seguro que sorprenderá a muchos.
Kiasmos
Desde la fría Islandia llega otra propuesta electrónica para copar de beats y ritmos imposibles las noches de octubre del BEC. Kiasmos nace de la fusión de las curiosidades creativas de Ólafur Arnalds y el feroés Janus Rasmussen que se unen para rendir culto al techno primigenio mediante una fórmula que mezcla sonoridades ambientales con ritmos al más puro estilo Moderat o incluso Four Tet. El resultado podría definirse como «accesible pero complejo», y quien lo escuche ha de hacerlo entendiendo que estamos ante música creada gracias a la constante motivación por crear, innovar y romper normas a través de un estilo propio. Con un álbum publicado en 2014 donde la banda se apoya en un cuarteto de cuerda y en instrumentos de carácter variado para dar vida a su estil, Kiasmos se ha afianzado como una opción más que viable para quien asistió en la pasada edición del Bime a conciertos como el de Wild Beasts o los propios Moderat. En definitiva se trata de sonoridades pop que sin hacer desprecios a melodías y ritmos más clásicos consigue hacer disfrutar gracias a su estilo rupturista y a una forma de hacer las cosas ante todo personal y exclusiva. Más allá de formas o etiquetas concretas sin suda la atmósfera del BEC promete ser la ideal para que este dúo norteño nos deslumbre con su show en directo. Porque a pesar de que gran parte de las presentaciones de la formación e directo suelen ser a través del clásico «dj-set», al igual que los franceses Justice (a los que por cierto tendremos oportunidad de ver próximamente las campas de Kobetamendi en la nueva edición del BBK Live), esta vez el concierto estará íntegramente dedicado a su música y ofrecerá la oportunidad de sumergirse de lleno en los paisajes sonoros de un dúo que parece haber sido creado para levitar y disfrutar.
Exquirla
Toundra y El Niño de Elche se dan la mano en este disco que, si bien nace con la ambición de mezclar el rock sucio y desgarbado con las sonoridades y atmósferas del flamenco, abandona completamente las referencias que puedan existir al respecto (como el clásico Omega), para forjar un estilo propio. Ahí es donde está el mayor acierto de un trabajo que tiene concepto principal la fusión de géneros y el encuentro de artistas dispares con una única idea común. «Para quienes aún viven» es el resultado de un encuentro de ideas muy provechoso que demuestra que sobre estilos no hay nada escrito y que todas las influencias pueden llegar a cohabitar bajo una única bandera. Si en este viaje sonoro Toundra son el motor de un concepto que avanza imparable como una locomotora, El Niño de Elche se deja llevar por los sonidos de la melodía para planear sobre el disco como un narrador omnipresente que a través de los textos de Enrique Falcón en “La marcha de 150 millones”, el interprete llega hasta el alma y libra al oyente de cualquier prejuicio o cinismo ante la escucha. No hay aquí tantos rastros de la histórica reunión entre Enrique Morente y Lagartija Nick como se pudiera pensar. De hecho no es correcto considerarlo como un disco de únión entre el rock y el flamenco sino más bien una suerte de post-rock en versión recitada que sirve para que las letras calen hondo y las guitarras vuelen. Sincero, único e innovador, tres bazas imperdibles para una banda que reafirma más que nunca el espíritu transgresor de este nuevo Bime buscando quizás ofrecer una alternativa de invierno al ya archiconocido Sonar de Barcelona.
Mark Eitzel y Anari
Probablemente, y aunque aún quedan muchas confirmaciones por realizar y los escenarios y días están lejos de anunciar su distribución, Mark Eitzel y Anari formarán parte de la primera tanda de confirmaciones que se subirán sobre el escenario del ya clásico teatro del Bime. Aunque en ediciones ya menos recientes el espacio existía como un punto de encuentro de bandas de carácter local y nacional, con el tiempo ha ido acogiendo en su seno a toda una serie de artistas de la talla de The Divine Comedy, Michael Kiwanuka o Nacho Vegas que han servido para que este rincón del festival haya quedado enteramente dedicado a las propuestas intimistas, reposadas y reflexivas. Sin llegar al tedio en ningún momento el escenario ofrece la alternativa pausada para quien quiere hacer un alto entre saltos y voces para disfrutar de la música a la vieja ausanza. Anari no es de hecho ninguna desconocida en el panorama, sus letras en euskera y su fina poesía se dan cita en un proyecto que lejs de mantenerse enraízado en los clásicos estereotipos de la música de cantautor, sabe volar aún más alto para ofrecer toda clase de referencias post-rock. Mark Eitzel por su parte (ex integrante y fundador de la mítica formación American Music Club ), llega a Barakaldo para hacernos testigo de sus innumerables inquietudes musicales. Siempre cambiante y siempre esquivo, Mark Eitzel ha logrado caracterizarse siempre como un ermitaño poco o nada preocupado por asuntos como la comercialización o el concepto de mantenerse fiel a sí mismo. Gracias a la colaboración del propio Eitzel con el ex guitarra de la formación británica Suede, el compositor ha logrado en su último trabajo forjar nuevos sonidos siempre girando en torno a ideas clásicas del artista como la introspección en uno mismo y las dudas existenciales propias de una persona con su experiencia. A pesar de que parece que en este nuevo disco el artista siente una mayor curiosidad por ambientes cargados de un mayor positivismo, la esencia de un música atormentado por sus ideas sigue siendo la llama ardiente de un trabajo pensado para escuchar, callar y disfrutar.
Tops
La propuesta más fresca y desenfadada de este año llega de la mano de los canadienses Tops. Se trata de la formación quizás menos rupturista de cuantas se podrán escuchar en los días en los que la música será la protagonista en el Bilbao Exhibition Center de Barakaldo. Y no por ello la peor. La banda lleva desde el año 2011 con la pretensión de dar vida a propuestas cercanas al power pop o pop rock sin caer en grandes invenciones pero con la siempre agradable intención de crear temas divertidos, enérgicos y muy disfrutables. Una banda que aunque aún no ha tenido la oportunidad de darse a conocer demasiado en el circuito nacional promete llegar a tierras vascas para sumar más adeptos y seguidores además de los que ya puede presumir de tener en su país natal.
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